De acuerdo con el Cronikón de Cullera, en octubre de 1918 hubo una bajada extraordinaria de la denominada “Virgen del Castillo” de Cullera en rogativa contra la pandemia de gripe conocida como “la cucaracha”. Y según se deduce de los datos que se dan, el resultado fue nefasto, pues fue cuando la bajaron cuando más muertes hubo…
La explicación parece sencilla: no existiendo ningún dios, ni madre de dios, ni nada sobrenatural, aquella bajada no tuvo efecto. En todo caso, lo que pudo acarrear fue un aumento de las infecciones, por aglomeraciones, aguas “benditas”, besado de imágenes religiosas…
Cien años después, salvo que alguien tenga una nueva ocurrencia, no sólo no habrá habido una bajada extraordinaria para sofocar la pandemia del coronavirus, sino que la bajada, digamos ordinaria, no se habrá celebrado porque así lo han dispuesto las autoridades estatales. Algo hemos avanzado.
Luz. Abril de 2020.